La pérdida de músculo, también conocida como atrofia muscular, se refiere a la disminución del tamaño y la fuerza del tejido muscular. Hay varias causas comunes de pérdida de músculo:
Falta de actividad física - No hacer suficiente ejercicio puede provocar que los músculos se debiliten y se atrofien con el tiempo. Los músculos necesitan estímulo regular a través del ejercicio para mantener su masa y fuerza.
Envejecimiento - Conforme envejecemos, perdemos masa muscular de forma natural. Esto se debe parcialmente a que producimos menos hormonas que ayudan a desarrollar y mantener el músculo, como la testosterona.
Lesiones o inmovilización - Si sufre una lesión que evita que use un músculo durante un período prolongado, éste comenzará a atrofiarse. Por ejemplo, un yeso en la pierna provocará atrofia en los músculos de la pierna inmovilizada.
Malnutrición - No consumir suficientes calorías, proteínas o nutrientes esenciales hará que el cuerpo comience a degradar la masa muscular para obtener energía. Esto se ve en trastornos como la anorexia.
Enfermedades crónicas - Ciertas enfermedades como el cáncer, la insuficiencia renal o problemas cardíacos pueden causar inflamación que destruye los músculos. También pueden impedir que el cuerpo absorba y use adecuadamente los nutrientes necesarios para mantener los músculos sanos.
Medicamentos - Algunos medicamentos, especialmente los corticosteroides como la prednisona, tienen como efecto secundario la pérdida de músculo y debilitamiento muscular.
La pérdida de músculo puede ser frustrante y ocasionar fatiga, debilidad e incapacidad para realizar las actividades cotidianas. Afortunadamente, hay pasos que se pueden tomar para prevenir y revertir la pérdida de músculo:
Así que ya lo sabes, mantente activo físicamente, aliméntate bien y habla con tu médico si observas signos de atrofia muscular. Con un enfoque proactivo, puedes mantener tu masa y fuerza muscular a medida que envejeces. ¡No dejes que tus músculos se marchiten!